Crítica de fin de Semana: Passion

Los jefes, nuestros villanos personales.

Los jefes, nuestros villanos personales.

Passion podría ser el regreso de Brian de Palma al mainstream. Una película sencilla, un thriller con ciertos toques de comedia que funciona desde el punto de vista práctico, pero que no llega al nivel de sus clásicos de intriga de los ochentas (Dressed to Kill (1980), Blowout(1981)). Sin embargo, es una buena película para pasar el rato.

Christine (Rachel McAdams) es la típica chica lista. Jefe en una agencia de publicidad en Alemania, maneja a su antojo a su personal, manipula a los hombres con su belleza y utiliza a todos para su beneficio. Entre ellos están varios hombres, pero su pareja Dirk (Paul Anderson) parece no darle mucha importancia. Su relación amor-odio no solo se desarrolla en la habitación, sino en el ambiente profesional. Otra víctima de Christine es su segunda en la empresa, Isabelle (Noomi Rapace). Isabelle saca a la empresa de los apuros y termina perdiendo el crédito por ello, aunque también esta acostándose con Dirk en secreto. Aunque sea en eso puede vengarse de su jefa.

Creer poder engañar al Jefe... todos piensan que lo pueden lograr

Creer poder engañar al Jefe… todos piensan que lo pueden lograr

De todas maneras Christine siempre se sale con la suya. Bien sea para quedar bien con los jefes de arriba o atraer clientes, Christine siempre tiene un as bajo la manga.  El típico villano, que todos odian, pero que son incapaces de hacer algo al respecto.

Tras constantes manipulaciones, Isabelle comienza a perder el control. Humillada públicamente, sin poder dormir ni trabajar, decide ir a un psiquiatra, que le recete algo para poder descansar. Entre episodios de narcolepsia, Isabelle trata de seguir adelante, y en algún momento ganarle la partida a su jefa perversa. Su asistente, Dani (Karoline Hemfurth) está preocupada por Isabelle… a la vez que descubre secretos de la relación profesional de Dirk con la compañía.

Con esa mirada de cachorro perdido...

Con esa mirada de cachorro perdido…

Teniendo todos que perder con la continua presencia de Christine, es obvio que ella tiene que irse. Y se va, de una manera muy sangrienta. Amanece desangrada en su casa, asesinada brutalmente.

De allí se desenvuelve una pequeña intriga que busca en el espectador el “¿Quién lo hizo?” y como se resolverá el misterio. A pesar de que la historia es bastante predecible, tomas interesantes y toques artísticos luchan por hacerla diferente. Si la audiencia presta atención, el desenlace es fácil de adivinar, aunque pasemos un rato entretenidos con las secuencias que pueden o no ser un sueño de Isabelle. Le quita algo de puntos ese toque que quieren mostrar de thriller erótico (que nunca llega a cuajar del todo) porque realmente aqui no hay mucha pasión romantica o primaria… aqui todo es venganza y engaños.

Mi puntuación: 2,5/5 Totalmente promedio. Ni muy buena, ni muy mala. Puntos extras para Rachel McAdams… hasta yo la odié al final.

Inclusive con esa ropa, ¡Te odio Christine!

Inclusive con esa ropa, ¡Te odio Christine!

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